Me contaron que la ciudad queda bastante lejos, no tanto por los kilómetros que la separan de este pueblo sino por el recorrido hasta ella. La ruta es muy angosta; pasa por entre los árboles pidiendo permiso. Casi no tiene tramos rectos, formada por curvas, contracurvas, descensos, puentes, vados; corta lo verde del paisaje con su gris colorido.
Nunca anduve ese camino por temor a que se quiebre su imagen en mi mente.